Walt Disney ¿está congelado?

Hoy rompemos con uno de los mitos de la historia que más dudas generó, la muerte del gran creador de la industria del entretenimiento.

Walt Disney es uno de los creadores más importantes de las últimas décadas, sus producciones audiovisuales y el reconocido parque de diversiones, sigue generando millones de dólares.

¿Cómo podía ser mortal alguien tan poderoso? Claro que si. No deja de ser un humano que padece, como cualquier otro, enfermedades y el riesgo inevitable, la muerte. Pero esa muerte no iba a ser normal, ya que hablamos de Disney. Y es allí donde nace el mito: congelaron su cuerpo para que, cuando se encuentre la cura del cáncer, se descongela y se cura al gran creador.

El 15 de diciembre de 1966 en el hospital Saint Joseph de Burbank, fallece el fundador de Disney World. A los 65 años le descubren un cáncer en el pulmón izquierdo luego de sentir fuertes dolores en su cuello, espalda y en una de sus piernas.

Vale destacar que Walt era una persona que no paraba de fumar, esto lo llevó a transitar una vida poco sana. Mientras terminaba de diseñar el gran parque temático ubicado en Orlando y sin reconocer públicamente su enfermedad, fue hospitalizado nuevamente diciéndole a la prensa que se trataba de un chequeo de rutina.

Pocas semanas después, luego de una gran lucha por parte de los médicos de salvarle la vida, el papá de Mickey fallecía generando una enorme conmoción en el mundo entero. Nadie podía creer lo que estaba sucediendo, ya que las noticias que se habían difundido de él jamás hablaban de alguna enfermedad.

Pero la familia se reservó el momento de la despedida. Muy pocas personas vieron su cuerpo y el entierro se realizó en una estricta intimidad. El cuerpo primero fue cremado y luego depositado en el cementerio Forest Lawn Memorial Park de Glendale, en Los Ángeles. Al entierro sólo pudieron asistir el círculo más íntimo, ni siquiera cargos importantes de la empresa.

El mito del congelamiento del cuerpo para esperar la solución del cáncer y resucitarlo no sólo fue un delirio y un mito que recorrió y recorre el mundo, sino que también su amigo Salvador Dalí estaba convencido de esta situación.

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